Todo empezó con una aguja, un poco de tela… y mucho amor.
Meri Puntaditas no nació como una empresa. Nació como un detalle. Un gesto lleno de cariño, pensado para los más pequeños en un entorno que también me llenaba el corazón: la escuela infantil.
Soy educadora, y como cada final de curso, buscaba un regalo especial para mis alumnos. Pero ese año decidí que lo haría yo misma. Así fue como, con algo de curiosidad y muchas ganas de aprender, me lancé a coser mi primera corona de tela. Nunca imaginé que ese primer intento, tan imperfecto como ilusionante, encendería una chispa dentro de mí.
Pronto descubrí que coser no era solo un medio para regalar: era una forma de expresión. De crear con las manos lo que nace del corazón. Así nació Meri Puntaditas, un nombre que refleja la dulzura, el detalle y la dedicación que hay detrás de cada puntada.
Hoy, cada producto que sale de mi taller sigue llevando esa esencia: el cuidado, el mimo y la emoción de saber que será parte de un momento especial en la vida de alguien.
Gracias por acompañarme en este camino. Porque este sueño, aunque lo coso yo, se sostiene gracias a vosotras. 💗